23 Feb 2009
YA NO HAY PRÍNCIPES AZULES
Escrito por: Agueda Conesa Alcaraz el 23 Feb 2009 - URL Permanente
Esta tarde, durante el descanso del trabajo, los compañeros recordábamos la niñez, lo que soñábamos cuando además, de jugar con muñecas, nos imaginábamos cómo sería nuestro príncipe azul. Por cierto, ¿por qué tenía que ser azul? La única que ha reconocido que no creía en eso fui yo. Cuando somos pequeñas nos imaginamos a un príncipe guapo, romántico y divertido. Desde luego, que vendría y nos rescataría no sé de dónde, pero que nos amaría sin medidas y con una pasión arrolladora. Creo que no pensamos en que fuera inteligente, atento, dulce y educado, ante todo. Porque en los relatos que leíamos o nos leían no aparecían nunca trabajando. Con el paso de los años nos “despertamos” y nos dimos cuenta de que la realidad es muy distinta y que los señores no son tan perfectos como los príncipes de La Bella Durmiente, Cenicienta o el de La Sirenita, entre otros muchos más. Yo me imaginaba a un hombre que estuviera pendiente de mí. Que supiera el momento en el que necesitaría un beso o, sencillamente, un abrazo. Que entendiera mis silencios. Que cuando hiciese frío me cubriera con su chaqueta. No le pedía la luna. Quizá creía, erróneamente, que con sólo mirarme a los ojos, sabría leer en ellos, pero estaba equivocada. Cuando me casé, pensé que las labores del hogar serían cosa de dos, es decir de la pareja. Si ambos trabajan fuera del hogar, lo lógico es que se repartan ¿No creen?, pues me volví a equivocar. Creí que los hijos, aunque los hubiera parido yo, eran cosa de dos, pero me equivoqué de nuevo. Que el cambiar los pañales o el levantarse de madrugada si lloraba era también cosa de ser padre. Cuando me pongo a pensar, me pregunto si es que las mujeres pedimos cosas raras y si es que ¿somos exigentes con el amor? Quizás es que las mujeres soñamos con imposibles, o que las imposibles de entender somos nosotras, pero creo que no. Quizás la culpa de que soñáramos con el príncipe azul es de Disney, quien nos hizo crecer imaginando un final: “Y vivieron felices para siempre”. También podría ser de los distintos guionistas, quienes nos venden la película de que un señor rico, guapo, inteligente y educado se enamorará de una prostituta y la rescatará. Supongo que la mayoría de las damas soñamos con un ideal de hombre especial. ¿Cómo es tu hombre ideal? Supongo que buscamos sencillamente un hombre que te ame por ser como eres, con tus defectos y tus virtudes. Que no tema a un compromiso, que se acuerde de enviarte un mensaje al móvil de ven en cuando, aunque te escribas tonterías. ¡Jolines!, que para eso también se inventó el teléfono móvil y el enviar mensajitos no es sólo cosa de la juventud. Que te diga lo guapa que estás, o lo bien que te queda esa ropa. También, que para variar, sea él quien proponga hacer algo distinto de vez en cuando y no seas tu quien siempre diga a dónde ir, que hacer un fin de semana, o qué película ver en el cine. Es decir que tenga alguna iniciativa. Ayssssssssss, señoras que no existen los príncipes, bueno los que pertenecen a la monarquía desde luego que si.
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